Con este paisaje, da gusto lavar la ropa a mano!
A dos horas de caminata de Iruya, se encuentra San Isidro, un pueblito de 280 habitantes al que sólo se llega a pie o a caballo. Por suerte en el camino nos encontramos con Nicasia, oriunda de allí. El viaje se nos hizo corto; las palabras de Nicasia, su historia de vida acompañaron nuestros pasos. Después de despedirnos, me invadió una fuerte emoción y no pude contener el llanto. Era un llanto de alegría.
La canchita de fútbol, siempre presente!
Tras un frustado y peligroso intento de regresar por arriba, decidimos tomar el camino seguro. ¿Y saben por qué? (ésta va para Víctor!) La lluvia nos asechaba...!
Ahora en Humahuaca, escuchando la música de una procesión del pueblo, prontas a partir rumbo a la Quiaca. En breve cruzamos el charco...