Hoy les escribo desde mi querida Rosario. Hace casi dos semanas que he regresado. Pasan los días, miro las fotos y no puedo más que sentir una profunda felicidad de haber realizado este viaje. Paisajes, lugares, aromas, sabores, voces, cantos, rostros, risas, silencios, arriban con frescura al recordarlo.
Y no puedo más que sonreír. Y agradecer. A la vida. A mis padres, que me criaron en libertad con responsabilidad. A todas las personas que me transmitieron buenas energías para emprender este viaje y que me acompañaron y esperaron con el corazón. A toda la gente que conocí en el camino; de cada uno tengo un recuerdo. A Roque y Alicia, por traernos de vuelta. A Sole, mi compañera, mi amiga, por todos los kilómetros recorridos con alegría y dignidad. Y los que quedan por recorrer...!
Que un nuevo viaje por nuestra querida Latinoamérica nos encuentre.
Y recuerden: "La felicidad no es una estación de llegada, sino un modo de viajar"