El domingo al mediodía partimos rumbo a Copacabana. Viajamos en un bus pequeño, con el cacareo de una gallina de fondo que llevaba la chola que estaba sentada detrás nuestro. El paisaje del camino era muy bonito, más aún cuando apareció el lago Titicaca en el escenario. Tras cruzar a Iquina en un barquito, continuamos viaje hasta arribar a Copacabana.
Cruzando a Iquina
Ese día estaba hormonalmente irritable, el cansancio, los malestares que se alternaban y algún que otro maltrato proveniente de algún oriundo de Bolivia....pobre Sole que tuvo que aguantarme! Por suerte al llegar a la Isla del Sol (tras dos horas y media de viaje en barco) pudimos descansar y simplemente contemplar el lago.
Los peques jugando desnudos en la Isla del Sol
La chola sacó a pasear a su chancho
Sole, muy estresada
La piedra Sagrada
La mesa de creremonia
Luego de unos mates, nos fuimos a conocer las ruinas. Costó, pero llegamos a la cima. Mucho fríooooo!
Con David, a quien habíamos conocido en las minas en Potosí